Vengan conmigo, vamos a dar un paseo por nuestra ciudad...No, no se confunda, que hoy vamos a charlar distendídamente de Logroño alejándonos un poco del la vorágine política. Hoy y mañana tendrá lugar el debate sobre el estado de la ciudad y, como en las elecciones, ahora toca reflexionar en silencio y luego sacar conclusiones, pero hoy vamos a pasear como ciudadanos de a pie, lo que somos y queremos ser.
Hoy es una mañana extraña, la lluvia y el sol pugnan entre las nubes, y es que el otoño ya se ha ceñido su jersey de punto marrón y su gorro de lluvia, pero con la llegada del otoño llega también el despertar del nuevo curso. Sí, coincide con el curso escolar, pero no me refiero únicamente a él, sino a las actividades que acaban de comenzar y que durante el año discurrirán hasta el verano, promovidas por distintos colectivos, para todos los vecinos de nuestra ciudad.
Y es que colectivos como la FER, la Cámara de Comercio, las fundaciones de los bancos, distintas asociaciones vecinales, de jóvenes, de mujueres, centros deportivos públicos y privados, la universidad popular, centros de enseñanaza no reglada y diversos gabinetes gubernamentales, tanto locales, como regionales y estatales, comienzan sus actividades de cultura/ocio.
Podemos observar como el otoño es una época extraña y quien más o quien menos, siempre que la economía lo ha permitido, acaba de terminar sus vacaciones (algunos las tuvimos en julio y San Mateo nos devolvió un poquito la alegría) Así que octubre, el autum (ya que muchos nos embarcamos en cursos de idiomas) es como un comienzo a finales de año. La ciudad se intensifica en tráfico a primera hora, y es que los niños vuelven al cole, las obras suelen estar en pleno auje y todo parece que se acelera (o se relentiza segun se mire) hasta que conseguimos adaptarnos a la rutina del año...esa rutina que tantos amantes y "odiantes" (detractores) tiene...pero continuemos el paseo.
Los parques vuelven a retomar el verde, el marrón y caoba, y es que el cesped vuelve a crecer y los arboles pierden sus hojas o las tornan más pardas, pero vuelven también los paseantes, y es que los excesos del verano nos hacen proponernos hábitos de vida más saludables y decidimos dar paseos con el perrillo, con la mujer, los hijos, las parejas, con los amigos...y las bicis, que ya han dejado de ser para el verano, tambien tornan un ciclo más lento y continuo...como decía, vuelve la normalidad.
Las tiendas cambian de temporada, los comercios cambian de horarios y en las oficinas el ajetreo se hace patente y la intensidad se nota desde las ventanas...pero miremos al cielo, parece que la lluvia y el sol se turnan para dibujar una mañana, que decía, extraña.
Y Logroño un día más se siente vivo...yo hace horas que estoy en el pueblo donde trabajo, pero acabo de llamar a una tiendecita del centro y me decían que aun hace tempretarura que llama a la gente a salir de casa y que con la lluvia tienden a entrar más en los comercios...y vuelvo a pensar en el debate de nuestra ciudad...me hubiera gustado estar pero el trabajo es lo primero.
Los polígonos se llenan de vida, camiones que van y vienen, particulares que se pierden y se encuentran y entre tanto y tanto, un remolque con uva que viene a una bodega...y otro que se marcha. Los grados, el color y el papel son conversaciones cotidianas de café y también lo es la lluvia, necesaria para los embalses pero perjudicial para nuestros hombres del campo que están en plena vendimia.
Y es que en Logroño se mezcla todo en un compás armónico, compacto y a la vez diverso...ahora pienso en la vista desde Franco-Españolas a través del puente, en la plaza de la oca, ahora mismo en obras, pienso en la estatua de la familia de la peatonal y en el parque de los Lirios, en un paseito por el Berceo o en los nuevos cines 3D, o en los viejos Golem (y es que no nos acostumbramos a La Colmena) y a la vez vuelvo al Cubo del Revellín, al parque de la sección femenina o al de la Ñ (el San Miguel), el de los Enamorados y en el de los Tilos, también en el Rincón de Julio...tantos lugares
Logroño...mi ciudad, un pedacito de corazón. Y es que Logroño me gusta...soy Logroñés en concepto, en cuerpo y alma. Soy Logroñés de sus gentes, de su caracter, de sus parques y sus calles, del cielo que nos cubre, del aroma que se respira, soy Logroñés de Laurel y San Juan, de Plaza del Ayuntamiento y Portales, de mercado del barrio, de la peatonal y la Gran Vía, del entorno de la universidad, de las ampliaciones de los parques circundantes. Soy del Cortijo, de Yagüe y Varea, de Las Norias y Cantabria...soy de Beronia, donde me siento a contemplar Logroño.
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Querdo Santi, una vez más quiero felicitarte por tus atinados comentarios,y por lo bien que reflejas el Logroño actual. Sigue en tu línea, no cambies.
ResponderEliminarademás es que tienes toda la razón,Logroño es una ciudad acogedora, calida, apacible. Es un gran lugar para vivir.
ResponderEliminarGracias Marcos, Concha, un placer contar con vosotros, como visitantes de este blog y como amigos de verdad.
ResponderEliminarUn abrazo con cariño